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“Expertos, intachables y con vida familiera”: la historia de los pilotos muertos en el vuelo de Río Grande

A Gabriel Pedretti, piloto de vuelos sanitarios, le carcome la duda saber qué pudo haber pasado con Claudio Canelo (56) y Héctor Vittore (51), que piloteaban el Lear Jet 35 que se estrelló a primera hora de la tarde de este viernes en el aeropuerto de Río Grande y costó la vida de ambos pilotos, del médico Diego Ciolfi (56) y la enfermera Denise Torres García (30).

“Se están diciendo muchas cosas incorrectas en los medios, se está especulando de más, se tiran incongruencias y en realidad tenemos que esperar a que se realicen las pericias correspondientes. Lo único que te puedo decir, porque los conozco hace muchos años, los conocía -se corrige-, es que tanto Claudio (Canelo) como Héctor (Vittore) eran profesionales puntillosos, rigurosos, con una carrera intachable“, asegura Pedretti (58), visiblemente afectado por la muerte de sus amigos.

“La de piloto es la única profesión en la que el profesional pone en riesgo su vida. Locos hay en todos lados, pero estos dos, pongo las manos en el fuego, querían llegar siempre a sus casas y estar con sus familias. Héctor era un hombre que amaba volar, pero más estar con su mujer Andrea (Durruty) y con su suegra, con quienes vivía en una casa quinta en Moreno”, hace saber Pedretti. Por otra parte, Bárbara Vittore, hermana de Héctor, fue la primera mujer en pilotear aviones de las Fuerzas Armadas.

Vittore nació en Roma y llegó de chiquito a la Argentina, su padre “Micha” -así lo llaman- voló en Alitalia y Austral y Héctor continuó el legado. “Héctor voló durante muchos años en el Ejército, tenía disciplina, constancia, pasión, amaba lo que hacía y a la vez era una persona solidaria, que siempre pensaba en el otro, por eso realizaba él y Canelo los vuelos sanitarios. Estaban siempre dispuestos para volar adonde fuera para trasladas enfermos o pacientes con tratamientos”.

Cuenta Pedretti que Canelo y Vittore “conforman una dupla de pilotos aceitada, que se conocía desde el Ejército y tenían la vocación de salvar vidas. Más allá de que hay vuelos más agradables y rutas más atractivas, Héctor y Claudio eran dos disfrutadores del aire“.

Una imagen de Héctor Vittore (abajo a la izquierda) en el Ejército.

Canelo vivía en Hurlingham con su esposa y sus dos hijos, el mayor a punto de convertirse en piloto. “De esos tipos bonachones, viste, risueño, siempre tranquilo, pero a la vez detallista, que no dejaba nada librado al azar, como somos los pilotos en general. Nos gusta la precisión”.

Recuerda Pedretti que “hace unos cuantos años, en un viaje a Orlando, Canelo me propuso ir al Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, y me confesó que tenía predilección por los vuelos espaciales, los cohetes, los astronautas. Lo acompañé y parecía un chico feliz, no podía creer que estuviéramos en la NASA. Y me contagió su pasión”.

Denise Torres García, la enfermera muerta en el vuelo.

“Mirá si no era un enamorado de la aviación que cuando era joven laburó un par de años como colectivero en Buenos Aires para pagar el curso de vuelo, que era carísimo. Claudio venía de una familia austera, pero se lo propuso y lo logró”.

El chat de pilotos en el que está Pedretti arde y lagrimea. “No lo podemos creer, no entendemos qué pasó, la vida es un soplo, ayer nomás Héctor estaba festejando su cumpleaños…

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